Y bueno en cosas más agradables, hoy también aprendí que nunca tengo que llevar el control del Wii al baño.
Digo la verdad es que nunca lo llevaría, pero menos lo haría para lo siguiente jeje:
Recuerden la moraleja del cuento: Nunca llevar el control del Wii al baño y menos si... ¡Mejor ya no digo nada!
7 de abril de 2010
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